El primer día de la ruta es bastante soso, es el más largo en kilómetros (unos 600 kilómetros) y apenas hacemos paradas. La ruta comienza en Denver, en donde salimos en dirección a Grand Junction (bendito GPS para salir de Denver), pasando por alguna de las estaciones de esquí más famosas de Estados Unidos, como Vail o Aspen, que la dejamos a nuestra derecha y en las que paramos a tomar un café tras más de una hora y media de camino.
Comemos en el camino, en el pueblo de Rifle, pues vemos que a la entrada del pueblo hay un sitio con un par de gasolineras para llenar el depósito del coche y varios sitios para comer, y tras pasar Grand Junction cogemos un desvío que nos hace llegar a Moab a eso de las 4-4:30. Eso sí, nos pasamos intencionadamente tanto el desvío para ir a Canyonlands como para ir a Arches porque preferimos llegar al hotel, refrescarnos un poco (hace un calor mortal, más de 37º) y salir un poquito más tarde.
Volvemos sobre nuestros pasos y entramos en Canyonlands, dirigiéndonos hacia Death Horse Point State Park, que se encuentra a una media hora – tres cuartos de hora de Moab si realizamos alguna pequeña parada en alguno de los miradores de la carretera durante el camino. Al llegar allí, el ranger ya se ha ido de la caseta, pero hacemos de buenos turistas y ponemos los 10 dolares de la entrada en un sobre y ponemos el distintivo en el coche (el pase para todos los Parques Nacionales de Estados Unidos no es válido en Death Horse Point State Park, aunque sí es válido para Canyonlands).
La vista desde Death Horse Point y sus alrededores es sencillamente espectacular, parece que andas suspendido en el aire viendo un paisaje majestuoso. Después de disfrutar del paisaje un buen rato, volvemos al coche y aunque en un principio queremos ir a Island in the Sky, se está haciendo de noche muy rápidamente y estamos muy cansados por la paliza de viaje de la mañana, así que nos damos media vuelta y nos volvemos a Moab, que nos lo hemos merecido.
En Moab dormimos en el hotel Best Western Plus Canyonlands Inn, que se encuentra situado justo en la avenida principal, es bastante confortable y tiene varios restaurantes alrededor para cenar y desayunar al día siguiente. Con el calor que hace no damos muchas vueltas, en el primer restaurante que nos gusta alrededor del hotel nos metemos a cenar y nos vamos pronto a dormir para levantarnos pronto al día siguiente y poder visitar lo más fresquitos posible Arches.