El cuarto día de viaje nos levantamos tarde, desayunamos tranquilamente y a las 11 estábamos preparados para coger el helicóptero que nos llevará a sobrevolar el Gran Cañón del Colorado, y que nosotros hemos contratado antes del viaje en Papillon.
Sin lugar a dudas, ir una hora en helicóptero por encima del Gran Cañón es una experiencia inolvidable. Tras cinco-diez minutos sobrevolando un bosque de pinos ponderosa enorme surge el cañón y el piloto se dedica a dar vueltas por la zona y a quedarse parado en el aire para que tengas una vista increíble del cañón, no serás capaz de parar de hacer fotos, así que os recomiendo una cámara digital y un par de baterías por si acaso. Sin lugar a dudas, el viaje en helicóptero por el cañón del Colorado es una experiencia altamente recomendable. Si queréis más información, os recomiendo leer nuestro artículo en helicóptero por el Gran Cañón del Colorado.
Tras terminar el paseo en helicóptero, nos dirigimos hacia Page, el lugar de nuestro próximo destino: El lago Powell y Antelope Canyon. En el camino hacia Page paramos en un par de miradores más del Gran Cañón que encontramos en el camino, y no paramos hasta Page, a la que llegamos a eso de las 4 de la tarde, hora local (una hora más que en el Gran Cañón) Tras dejar las cosas en el hotel, nos dirigimos hacia Glen Canyon.
En primer lugar, paramos en la presa del Lago Powell, una obra de ingeniería espectacular con mas de 90 metros de altura. El lago Powell se creó realizando esta presa e inundando el Glen Canyon, que sólo se puede visitar en barco. La central eléctrica da trabajo a prácticamente todo Page.
Entramos en el área recreativa de Glen Canyon (enseñando nuestro carnet anual, sino cuesta $10) y nos dirigimos a la marina principal para reservar un pasaje en barco. El barco sale a eso de las 6, y nos permite darnos una vuelta por la zona de la presa, que está ya llena de gente esperando los fuegos artificiales del 4 de Julio, y nos lleva a Glen Canyon. A la vuelta, el atardecer es realmente espectacular, merece la pena darse esa vuelta de hora y media en barco. Además, me quedé con ganas de más, es un sitio al que no me importaría volver a pasar unos días en el hotel, que tiene una pinta estupenda, y alquilarte una piragua o unas motos de agua para darte una vuelta por allí.
Terminada nuestra visita en barco volvemos a Page y cenamos en uno de los restaurantes que nos han recomendado en el hotel en el que nos alojamos, Bonkers, que era uno de los pocos que estaba abierto, ya que era el 4 de Julio, y que fue una sorpresa bastante agradable, cenamos muy bien y pudimos disfrutar del día de la Independencia viendo los fuegos artificiales que lanzan sobre el lago Powell.